Hace algunos años la preocupación de los politólogos, juristas, asesores políticos… Era la concentración de poder que estaba llevando a cabo el ejecutivo y el segundo plano que estaba tomando el legislativo. Hoy precisamente la preocupación es la pérdida de poder tanto del ejecutivo como del legislativo frente a las injerencias de otros entes que están entrando en la política de los Estados. De estos entes hemos hablado en otros artículos de Demoskratos Actualidad, pero toca recordarlos para el nuevo lector, estos actores nuevos son tanto organizaciones supranacionales como empresas con importante poder nacional o, también, multinacionales. Gracias a estos nuevos entes el poder de nuestras instituciones se ve cada vez más diluido.

Si es verdad que estos entes vienen con la Globalización, pero gracias a ella y a sus actores podemos reformar el concepto de soberanía, el cual en nuestras sociedades democráticas debe fundamentarse fundamentalmente en la participación ciudadana.

La participación ciudadana se convertirá con el paso del tiempo en un método ampliamente utilizado por los diferentes poderes del Estado para legitimar sus acciones, en sociedades cada vez más plurales tanto en el ámbito de la cultura como en el de la política. Esa pluralidad llevará a que los ciudadanos no se vean identificados totalmente con los partidos dentro de la cámara legislativa o en el gobierno, aunque los hayan votado; por eso mismo se hará necesaria la participación directa, porque un voto no traerá aparejada la adhesión ideológica del ciudadano.

Una forma de llevar a cabo la participación política, más allá de votaciones cada cuatro años, es realizar referendos sobre decisiones políticas que necesiten la aprobación de la población en su conjunto. En España ya tenemos ejemplos de haber realizado referendos que hicieron ver a los gobiernos la voluntad del pueblo, uno de ellos es el referéndum sobre la OTAN; pero más importante todavía fue el referéndum para la ratificación de la Constitución española, aprobado con un 91,81% de los votos, aquí el gobierno pudo apreciar cual era la voluntad de la población y así mismo dotó a la Constitución de una fuerza popular que no podría echar abajo ningún gobierno o parlamento de los que vinieran después.

Pero estas magnas decisiones no se producen diariamente, son procesos puntuales en la historia. El problema es que ahora estamos en un proceso revolucionario y de cambio, por ello precisamente, los gobiernos, no solo nacionales, sino también de Comunidades Autónomas y de Ayuntamientos necesitan de un gran apoyo para sus decisiones.

En el caso de los Ayuntamientos, es más necesario todavía dicho recurso, no solo para legitimar acciones cruciales o interesantes para un grupo de población, sino porque son la principal institución hoy en día, la más cercana a la ciudadanía y la que menos injerencias (de las que hemos hablado antes) puede tener y por ello con el referéndum puede conocer de primera mano cuales son los valores éticos de su población.

Las políticas municipales se dirigen siempre hacia una población más concentrada y con unos intereses más particulares de los que pueden tener las políticas nacionales, por eso a los ayuntamientos debe interesarles de primera mano sobre qué tipo de sociedad está gobernando y, sobre todo, que decisiones tomar para que se mejore la posición de los ciudadanos tanto en el ámbito económico, social y en la participación política.

Gabriel Ángel.